Rampante
plata sobre campo sinople, fluido dragón,
el
Vístula bravío al sol se abotarga.
El
gran rey de Polonia, que lo fue de Aragón,
transporta
hacia sus aguas su tan pesada carga.
Los
pares eran ciento; para él no hay parangón.
Las
grasas le vacilan al ritmo de su paso.
La
tierra, con su aliento. A cada pisotón,
la
arenilla, en sus pies, botín se hace de raso.
Provisto
de un gran vientre que le sirve de escudo,
camina.
La inmensa redondez de su tras, que no es mudo,
desborda
la estructura de su calzón tan fino.
Calzón
en el que, en oro, mandó dibujar él
Por
detrás un piel roja gritando en desatino,
Por
delante, muy erguida, la esbelta torre Eiffel.
Alfred Jarry, para
gloria de Ubú, 1903.
Verdadero retrato del señor Ubú, por Alfred Jarry. |
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